Un resumen de mi trabajo.
¿Qué es para ti un masaje?
Si te digo masaje ¿en qué piensas?
- cuerpo
- tocar
- relajación
- manos
- distensión
cierto pero eso no es todo... al menos, no es para mí
El masaje es ante todo hospitalidad para mí.
hacerte sentir como en casa
permitirte decirte a ti mismo si tienes ganas de hacerlo
sentirme libre y liberado de las vestiduras de la vida, de todos esos roles que pasan por la puerta de mi estudio
y luego nada...
Aquí puedes ser simplemente lo que eres, sin ser nada más.
Libérate y déjalo ser.
No eres solo un cuerpo para mí ni ese dolor que desearías que ya no existiera
eres tú para mí y en ese espacio dedicado a ti me aseguro de que así sea
nunca eres una rutina para mi
eres una persona íntegra que me confía un regalo precioso
Eres la persona más importante en tu vida y siempre lo recuerdo.
Gracias por dejarme contribuir a esto.
El masaje es un viaje.
Como todo viaje, hay una salida, un rumbo, el viaje en sí y luego el regreso a casa.
Cada viaje puede ser diferente y tener características diferenciadoras pero estas 4 características siempre están ahí.
¿Qué es el hogar?
Es sentirse bien consigo mismo, esa sensación de bienestar y naturalidad que te lleva al éxtasis sensorial.
Es como ante un atardecer la inmensa belleza desborda tu conciencia hasta el punto de llevarte a una extrema conciencia de ti mismo, haciéndote sentir parte de ese paisaje, de esa realidad inmensa y única.
Mi tacto no es mecánico, no sigue caminos decididos de antemano ni específicos, protocolos de técnicas inevitables y precisas, sino que sigue el fluir del momento.
Si sigues el dolor encontrarás dolor, así que no te dejes tocar para eliminar el dolor sino para buscar el bienestar total, el éxtasis de los sentidos y una sensación de relajación que te llevará a ser verdaderamente tú mismo, aunque sólo por unos segundos, minutos pero se convierten en los más importantes de tu vida.
Si quieres un resultado inmediato no buscas bienestar sino milagros que no pueden existir o medicinas que ocluyen tus sentidos.
El rumbo del viaje debe ser el placer, el éxtasis del bienestar del triángulo cuerpo-mente-emoción,
el viaje lo decide el conductor y por tanto yo soy el barquero: créeme...
relájate, respira y escúchate a ti mismo en este estado de bienestar
y te llevaré a casa.